Que hoy me leas aquí es, probablemente, gracias a ti. Hace tan solo dos semanas me embarcaba de casualidad en esta aventura de Somos científicos ¡sácanos de aquí!, sin imaginarme que mis piedras y sensores podrían despertar tanto interés.

Han sido dos semanas frenéticas, con preguntas tan divertidas como si me baño en el mar mientras trabajo, curas de humildad de la talla de “¿Cuántos tipos de piedras sabes que existen en Aragón?” y joyas llegadas desde mentes muy despiertas, preocupadas por la radiación del mar que viene desde Japón o las corrientes de convección de las cámaras magmáticas.

Mientras ha durado el concurso el móvil se ha convertido en una nueva extensión de mí. He desayunado con vosotros, cenado con vosotros y hasta me habéis acompañado a hacer trabajo de campo. Ese chat a la lluvia en medio de un buen temporal gallego no se me olvidará fácilmente.

¡He ganado! Me siento muy feliz de poder financiar con este premio una idea que llevaba mucho tiempo en mi mente. En breves las costas gallegas y los acantilados de vértigo dejarán de ser un secreto para vosotros, como ya no lo son para mí. La verdad es que cuando leí mi nombre no podía creérmelo, en parte porque mis compañeros contaban con grandes proyectos y no siempre resultaba fácil transmitir la importancia del mío.

He aprendido mucho en este tiempo y espero que tú también lo hayas hecho, al menos un poquito. Además también me lo he pasado en grande ¡gracias también por eso!

Aunque ya hace un tiempo que la vida me trajo a esto de la investigación recuerdo todavía mis preocupaciones en cursos de ESO y bachillerato ¿qué quiero ser? Como ya os he dicho nunca tuve ni idea, pero mírame ahora disfrutando con lo que hago. Nunca es tarde para que la ciencia (o cualquier otra vocación) te encuentre.

Vuestra curiosidad alimenta nuestros proyectos, así que… ¡seguid preguntando!

Alejandro