Siempre es difícil predecir, especialmente el futuro 😉 Pero si tuviera que apostar, diría que hay al menos tres cosas que podrían serlo.
Una sería el re-descubrir la potencia de las macros (programas que se modifican a sí mismos para hacer tareas que serían muy difícil conseguir de otra forma). Es un concepto de Lisp, que tiene mucho tiempo, pero que como muchas cosas de ese lenguaje (por ejemplo, la parte de «programación funcional»), se han ido redescubriendo y empezando a aplicar en la programación moderna.
Otra que podría ocurrir es la «programación orientada a objetos», no en el sentido de Java o C++, sino en el de Alan Kay (que fue el que acuñó el término!). Esos «objetos» no tendrían nada que ver con los objetos que se llaman hoy en día, sino que se comportarían más como sistemas biológicos, como una célula por ejemplo, y tendrían capacidad de adaptación y de ajuste y reutilización a niveles muy por encima de lo que conocemos hoy en día.
Finalmente, otra «gran cosa» podría ser las aplicaciones distribuidas, es decir, aplicaciones que no corren en ninguna máquina en concreto, sino que existen en un montón de máquinas a la vez, en una red de pares (P2P) donde nadie tiene un control mayor que ningún otro, con tecnologías similares a blockchain y los llamados «smart contracts».
De hecho, en eso último es en lo que voy a estar trabajando próximamente 🙂
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