Pues introducimos unos pequeños sensores que se llaman RFID que nos ayudan a identificar cada roca con un código único.
Para ponerlos hacemos un pequeño agujero en la roca, ponemos el sensor y después lo tapamos con una masilla especial para no perderlos.
Cada vez que vamos al campo los localizamos con un GPS y así podemos saber como se van moviendo a lo largo de la playa.
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